SiN EtIqUeTaS. . .
Se dice que no creer que exista un "dios" acompañante en el propio caminar, sumando la no negación de que éste pueda existir en el camino de otras personas, las cuales sí poseen la fe en él y la creencia de que aquella compañía los/las va a guiar y ayudar en cada uno de sus pasos, significa que eres agnóstica. . . ?!!!. . . es decir, no creer en un "dios", pero no negar la posibilidad remota de que éste pueda existir, decir aquello, seria admitir pertenecer a un cierto grupo de personas que se caracterizan por pensamientos igualitarios en cuanto a un determinado tema en particular, identificarse como miembro de "algo"; cierto gremio, conspiración, grupo, o como quiera llamarse. En definitiva las etiquetas no me acompañan en el divagar, ni de ida, ni de vuelta. . . es cierto que es un pensamiento bastante más sencillo, menos abrumador, más cómodo, pero no así sin complicaciones ni roces con personas que no comparten este pensamiento...vamos de aquí para allá poniendo nombre a todo cuan nos gusta, nos interesa...de lo que nos hacemos parte en la vida cotidiana y en la no tan cotidiana, etiquetando los estilos de vida, el modo en que llevas ésta, la ropa la que utilizas, la música que oyes, etc. de esta forma te vas haciendo partícipe de una caterva de situaciones y compromisos de los cuales, luego ya ni siquiera te sientes perteneciente. Y resulta ser que no sólo allí se encuentra el trance, sino más bien que en la instancia en la que se cataloga a una persona perteneciente a un estipulado conjunto, se elimina automáticamente de otra comunidad, y este hecho, mayoritariamente de carácter inconsciente, supone una forma muy particular y mucho más común y habitual de lo que generalmente se cree...de discriminación en todos sus perímetros.
Catalogarme de cualquier manera, supone hacerme partícipe de una cofradía con la cuál me identifico. Y no tendría porque haber nada nefasto en aquella decisión, siempre y cuando no apartara, excluyera, u omitiera a otras personas. De todas formas realizar lo expuesto resulta un tanto utópico e ilusorio, ya que en la instancia de catalogarme de una y no de otra manera, ya conjetura de ante mano una exclusión y negación a los individuos e individuas que no atañen con las peculariedades de tal hatajo.
Es de relevancia que quede explícito que esta postura no implica un recelo hacía iniciar o exponer tal o cual postura, si no más bien a expresarse libremente sin la gabela de poder estar suprimiendo a quién aprecia, enjucia o considera la vida y sus rémoras de formas desiguales. . .